os ex-mineros, que desde el cierre de la mina ofician de guías de turismo, acompañan a los turistas contando anécdotas, costumbres, sueños, mitos, leyendas y bromas e incluso invitan en un momento del recorrido a apagar las linternas y escuchar al gran protagonista de esta historia: el viento.
Además de ser única por no necesitar oxígeno en su interior, esta mina es un claro ejemplo de la minería denominada “por pilares”, muy característica del siglo XIX, lo que se puede apreciar en un recorrido llamado “Juan Fariña”.
Al día de su cierre definitivo, en 1997, trabajaban en ella 3.000 mineros y muchos de ellos conservan en Lota la esperanza de que algún día la mina vuelva a operar.
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